viernes, 17 de septiembre de 2010

Se me hizo tarde

Hoy me levanté con un buen ánimo y realicé mis actividades con total normalidad. Me dirigí a mi centro de estudios, donde mis clases fueron igual de aburridas que siempre, a la hora de la salida, caminé muy rápido, dispuesta a sobrepasar a todas las personas que se me atravesaran, tenía un almuerzo muy importante y quería llegar a tiempo.

Al momento de cruzar la pista, me encontraba pendiente de la hora y miraba mi celular continuamente porque se me había hecho un poco tarde. Ese fue el motivo por el que no miré hacia ningún lado a la hora de cruzar. De pronto, escuche el sonido de un carro frenando y sentí que algo duro golpeaba mi cuerpo con mucha fuerza, antes de desvanecerme escuché gritos a lo lejos y todo se puso negro.

Todo pasó tan rápido que cuando desperté, fue como abrir los ojos a otra realidad, de repente fue como si todo se quedara quieto o pasara más lentamente, era como si mis sentidos se hubieran agudizado, ya que podía captar lo que se encontraba a mi alrededor más nítidamente, todo me parecía mucho más bello que antes, hasta el caer de una hoja sobre un charco de agua, era un acontecimiento admirable.




Tal vez fui muy estúpida y no me di cuenta antes, de que la vida solo hay una y debemos aprovecharla, tomar precauciones antes de realizar las cosas, ya que podemos cometer actos erróneos que nos puedan llevar a la muerte y quizás ahí sea demasiado tarde para darnos cuenta de que lo más bello o hermoso de esta vida está en los pequeños detalles que ignoramos día a día.

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