sábado, 9 de octubre de 2010

El Movimiento del consumidor


Durante los últimos años se ha originado un movimiento del consumidor, apoyado por grupos de amas de casa, educadores y otras personas, convencidas de que los compradores de productos han sido engañados por la publicidad fraudulenta y falsa, y que deben tener oportunidad de ser mejor informados acerca de los artículos que compran.

Al principio, muchos de estos grupos estaban influidos por determinados libros e individuos que tenían una actitud de crítica hacia la forma en que se conducían los negocios en los EE.UU. Especialmente la parte relacionada con la distribución. El hecho de que el movimiento haya mostrado un crecimiento tan sustancial, demuestra que muchas de las críticas hechas en contra de la publicidad, eran lo bastante significativas como para que lograran que las tomen en cuenta.

Printer’s  Ink investigó este problema a través de su jurado, formado por representantes de los principales publicistas, vendedores comerciantes y compañías que hacen publicidad nacional. Ocasionalmente, Printer’s Ink envía cuestionarios al Jurado, relacionados con diferentes problemas de publicidad y marketing. Las respuestas se remiten a los editores, quienes condensan los resultados y usan el material para informes editoriales. El primer cuestionario se relacionó al movimiento del consumidor. Los resultados de 172 respuestas se estudiaron y publicaron. El Jurado encontró que las principales causas del movimiento eran “inconformidad con los enunciados extravagantes, engañosos y, en algunos casos falsos, de la publicidad; descontento general con las condiciones económicas y sociales; actitudes críticas hacia los negocios en general, apoyada por gente que no simpatizaba con el presente sistema”.

Otras de las razones que se mencionaron fueron el auge reciente de las cooperativas de consumidores con su propaganda anti-publicitaria, el crecimiento en el número de cursos didácticos en escuelas y universidades, el rápido progreso de la economía doméstica que se imparte en las escuelas y universidades, el gran aumento del número de los nombres de marcas, entre las cuales elegir una marca específica se vuelve algo complicado.    

Otro problema más o menos relacionado con la publicidad, es el empaquetado y etiquetado. Algunos consumidores tienen la convicción de que los productos deberían ser clasificados por el Gobierno o por alguna autoridad y que las etiquetas deberían llevar una completa especificación o fórmula del contenido. Con respecto a la clasificación de todos lo productos, las objeciones se dan en cuanto a su impracticabilidad. No cabe duda, que algunos de ellos pueden clasificarse con respecto a determinadas normas, en tanto que otros no. La mayoría de los anunciantes no imprimen en sus etiquetas la especificación completa del contenido, porque el tamaño de las latas o envases limita la cantidad de información. Para muchos productos, la reglamentación del etiquetado no es tan exigente, como lo es en el caso de los alimentos y medicinas.



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